El último encierro de los Sanfermines 2008, con toros de la ganadería gaditana de Núñez del Cuvillo, ha sido uno de los más rápidos, de poco más de 2 minutos y 30 segundos, y se ha saldado sin heridos por asta de toro.
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EFE Los toros gaditanos, pese a la expectación de los mozos por realizar una buena carrera en el último encierro de las fiestas, no han dado muchas opciones a los corredores, ya que han realizado agrupados la mayor parte del recorrido, en el que se ha observado un notable descenso de asistencia respecto al fin de semana.
Después de que los mozos entonaran con visible emoción los tres cánticos en los que piden la protección del santo, la manada ha salido de los corrales de Santo Domingo estirada y encabezada por los cabestros.
De esta forma, abierta por los mansos, la manada ha establecido contacto con los mozos a mitad de la cuesta, donde un corredor ha recibido un varetazo de uno de los Núñez del Cuvillo que le ha hecho caer al suelo.
La manada ha hecho todo este primer tramo estirada, aunque en la Plaza del Ayuntamiento se ha compactado, siempre encabezada por los cabestros, seguidos por los toros, uno de los cuales ha pisoteado a un mozo.
Tras atravesar la calle Mercaderes, donde un mozo ha sido arrollado de forma espectacular por los cabestros, los astados han tomado la curva con la calle Estafeta por la izquierda, aunque sin llegar a impactar con el vallado y sin caer al suelo.
Un toro jabonero ha estado a punto de adelantarse a los mansos al comienzo de la calle Estafeta, aunque enseguida la manada ha vuelto a agruparse y a seguir a los cabestros, para hacer gran parte de esta calle escorada hacia la izquierda.
Los corredores no han encontrado en la primera parte de Estafeta huecos para lucirse ante las astas de los toros, al correr la manada compactada, pero hacia la mitad de esta calle un astado negro ha resbalado y ha caído al suelo, lo que ha fragmentado el grupo.
Por el tramo de Telefónica, donde se ha registrado un pequeño montón de corredores y otro de los mozos ha sido arrollado por un astado, han pasado en primer lugar los cabestros, seguidos a poca distancia por cinco toros y por otro de los bureles, el único de color negro, algo rezagado.
Tras pasar por el callejón, donde algunos mozos han caído al suelo y otro ha recibido un pisotón, los cinco primeros toros han entrado a la plaza, donde se han dirigido directamente a los corrales conducidos por los dobladores.
El último toro ha entrado en la monumental pamplonesa algo más tarde y al llegar a la arena se ha vuelto, ha caído, y ha tenido que ser ayudado por los dobladores, que han llevado a chiqueros al astado a punta de capote.