El Papa Benedicto XVI descansa estos días en Kenthurst, el centro regentado por el Opus Dei a las afueras de Sidney, del largo viaje que le trasladó desde Roma, y lo hace con un gato, su animal favorito, y con una de sus aficiones, el piano, según informó hoy el diario australiano 'The Sydney Morning Herald'.
El Santo Padre llegó ayer a Sidney para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) tras un viaje de 20 horas. Sin embargo, hasta el jueves no hará su primera aparición pública, tiempo que aprovechará para descansar.
Así, y para hacer más agradable la estancia al Pontífice, le han dispuesto un piano afinado para la ocasión y un gato, por el cariño que tiene a este animal. Todo ello se unirá a la Eucaristía diaria y a los diferentes momentos de oración que realizará durante cada jornada.
En este sentido, el portavoz de la JMJ, Daniel Casey, señaló que el Papa se levantará temprano para la Misa en la capilla de su residencia, rezará y descansará. "Estará durmiendo muy bien", vaticinó.
Sobre la decisión de prestarle un gato y poner a su disposición un piano, Casey manifestó que pretenden "crear un espacio donde pueda recargar las pilas después del viaje más largo de su vida". A pesar del cansancio, el portavoz de la jornada apuntó que Benedicto XVI "estaba emocionado" cuando bajó de avión y "muy centrado" en la semana que le espera.